viernes, 5 de septiembre de 2008

EDUCACIÓN Y ÉTICA: Tuyos, míos, de todos: LOS DERECHOS HUMANOS

¿Alguna vez han oído la afirmación que dice: “Todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos”? Lo más probable es que no haya un solo día en el que no tengamos frente nuestro algo que haga referencia a estas palabras en nuestra vida diaria. Es más, la mayoría de nosotros confirmamos esta afirmación cada día, en todo lugar y momento.

Por ejemplo, cuando entramos en contacto con otras personas y los tratamos con amabilidad y respeto sin que nos demos cuenta estamos poniendo en acción esa afirmación. Cuando nos preocupamos por cubrir las necesidades de nuestras familias, estamos trabajando con esa afirmación. Cuando nos esforzamos por alcanzar alguna meta trazada, estamos actuando con esa afirmación. Y esta afirmación no es otra cosa que el inicio de la Declaración de los Derechos Humanos.

Esta declaración, adoptada por la ONU en 1948, no creó los Derechos Humanos, sólo los recogió ya que los Derechos Humanos son naturales al hombre. Nos pertenecen a todos por el hecho de ser seres humanos, nacemos con ellos, nadie nos los regala o cede. Son de todos y cada uno de los seres humanos sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquiera índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Campaña boliviana PRO DDHHCuando hablamos de libertad de expresión, de igualdad para todos, de respeto a la vida, de un trabajo digno, de estar en contra del maltrato físico o psíquico, etc., no hacemos más que referirnos a los Derechos Humanos, los cuales son naturales, no se venden ni se cambian, son de todos, son inviolables y nunca vencen ni terminan.
Como vemos, los Derechos Humanos están presentes en todo lo que hagamos. Es tarea nuestra respetarlos pero también hacerlos respetar y exigir que respeten los nuestros. No olvidemos que nadie tiene más ni menos derechos que otro. El racismo, clasismo, y cualquier otro tipo de discriminación atentan totalmente contra estos derechos.

Veámonos unos a otros como seres humanos, con semejanzas y diferencias, todas dignas de respeto. El único camino para tener un futuro individual y colectivo mejor, es el de seguir la senda de los Derechos Humanos. Conozcámoslos y respetémoslos.